Ayer martes tuvimos un día intenso y fue
imposible escribir. Llegamos tardísimo al hotel (más allá de las 11 de la noche) lo
cual en terminos chinos es más tarde aun.
El caso es que habíamos quedado allí en el museo para supervisar el estado del mismo después de la pintura y para ver como habían llegado los cuadros.
Hubo noticias de todo tipo:
Por una parte en el exterior del museo ya habían colgado las banderolas y otros anuncios tal como se ve en las fotos.
Al interior, el museo ya estaba pintado y seco y la exposición anterior daba los últimos toques a su embalaje.
En la pared de la planta baja se amontonaban mis cuadros ya desembalados. Había cierto miedo porque la empresa de logística china denunció el daño de dos de las cajas enviadas (con fotos espeluzanantes hay que decir). Finalmente solo uno de los cuadros se ha dañado (creíamos que serían más), la faena es que se trata del más grande.
Mañana hemos quedado con el montador para hacer un apaño provisional para la exposición, pero al final tendremos que recurrir al seguro de la empresa de logística que contratamos en España.
Por otro lado el espacio. No me acordaba yo de la altura de la planta baja.
El cálculo de la ocupación se realizó a cinta corrida midiendo en metros lineales de pared. En la planta primera fenomenal porque la altura son 3 metros y la sala favorece la disposición de los de aluminio por un lado, madera por otro y después los de color.
Abajo sin embargo la altura es de más de 6 metros y mi cuadro “grande” que mide 2 metros de largo por 1,5m de alto parece un puñetero sello de correos, no digo los demás.
En fin, después de darle muchas vueltas, abajo van a quedarse solo
los de los tubos lo más coquetos que se pueda, considerando que hay que
meter el catering y la zona de control de las invitaciones y seguridad.
Arriba todos los demás.
Después de quedar con los del museo en iniciar el montaje el jueves, nos dirigimos a cenar a la zona de la concesión francesa (la más pijilla), donde hemos quedado con la jefa y una trabajadora de las cámara de comercio que se han volcado con nuestro tema. En la cena se encargaron ellas de pedir y como plato estrella nos pusieron un cochinillo en versión china. Estaba muy bueno… que nos perdone Cándido.
Sobre estas líneas adjunto dos imágenes de las salas del museo a ocupar.
El caso es que habíamos quedado allí en el museo para supervisar el estado del mismo después de la pintura y para ver como habían llegado los cuadros.
Hubo noticias de todo tipo:
Por una parte en el exterior del museo ya habían colgado las banderolas y otros anuncios tal como se ve en las fotos.
Al exterior del museo ya habían colgado las banderolas y los banners |
En la pared de la planta baja se amontonaban mis cuadros ya desembalados. Había cierto miedo porque la empresa de logística china denunció el daño de dos de las cajas enviadas (con fotos espeluzanantes hay que decir). Finalmente solo uno de los cuadros se ha dañado (creíamos que serían más), la faena es que se trata del más grande.
Estado de la caja y sus consecuencias |
Mañana hemos quedado con el montador para hacer un apaño provisional para la exposición, pero al final tendremos que recurrir al seguro de la empresa de logística que contratamos en España.
Por otro lado el espacio. No me acordaba yo de la altura de la planta baja.
El cálculo de la ocupación se realizó a cinta corrida midiendo en metros lineales de pared. En la planta primera fenomenal porque la altura son 3 metros y la sala favorece la disposición de los de aluminio por un lado, madera por otro y después los de color.
Abajo sin embargo la altura es de más de 6 metros y mi cuadro “grande” que mide 2 metros de largo por 1,5m de alto parece un puñetero sello de correos, no digo los demás.
Cuadros en el suelo tras su desembalaje y detalle de un banner |
Después de quedar con los del museo en iniciar el montaje el jueves, nos dirigimos a cenar a la zona de la concesión francesa (la más pijilla), donde hemos quedado con la jefa y una trabajadora de las cámara de comercio que se han volcado con nuestro tema. En la cena se encargaron ellas de pedir y como plato estrella nos pusieron un cochinillo en versión china. Estaba muy bueno… que nos perdone Cándido.
Sobre estas líneas adjunto dos imágenes de las salas del museo a ocupar.