Por fin sale el sol en Miami. Yo ya creía que era un mito, y he de decir que ahora sí que veo de utilidad el aire acondicionado.
Pelle se ha levantado con ganas de ver naturaleza (ya ves tú) y me ha arrastrado hasta los Everglades porque quiere ver caimanes.
A la que recorremos en coche la distancia desde el hotel hasta allí el paisaje se asemeja a Fargo pero en versión tropical.
A todo esto no paran de sonar villancicos en la radio como pistoletazo de salida navideño previo al black friday y a acción de gracias o Thanksgiving o como dicen aquí los cubanos, San Guivín.
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Caminito a los Everglades
Ni que decir tiene que a mi la visita me gustó poco, pero el empeño de los alemanes es intenso. Ya podemos decir que nos hemos deslizado por los manglares, eso sí rodeados de chinos y de otra fauna. De regreso paramos en Miami Beach para desayunar, que es básicamente como desayunar en Benidorm. Aún así nos han dicho que antes era peor, era más como desayunar en la Malvarrosa.
En mi observación particular de la fauna, me han llamado más la atención las lagartijas que los caimanes. Aquí las lagartijas son suicidas, es decir, es como si esperaran el paso de un humano para atravesar corriendo la acera. Además las jodias saltan, pero no cualquier cosa, saltan como un saltamontes, (chapulín o grasshopper en la lengua autóctona). De su carácter suicida están las aceras llenas de muestras.
Por fin regresamos a Wynwood, ahora si conocemos a Mike en su galería con un suelo de color blanco inmaculado recién remozado. Como en un picnic, nos disponemos a charlar todos descalzos en la galería para no fastidiar el suelo antes de tiempo. Al fondo, una artista nicaragüense montaba su instalación con unas piezas muy interesantes.
Tras la charla con Mike nos dirigimos a tomar algo. En poco tiempo la noche cayó y nos encontramos en una terraza con vistas a la bahía cenando, porque aunque solo eran las seis de la tarde parecían las nueve de la noche y todo el mundo lo hacía.
Mañana volvemos a Madrid, así que daré por cerrado este primer episodio americano, esperando que no sea el último.
Parafraseando a Arnold en Terminator, "I'll be back"
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